Fui al supermercado y compre exactamente siete cosas: dos bolsas de ravioles, un frasco de Ragu, un pan baguette, un litro de leche, una Pepsi dietética grande, y un frasco de crema para el café. Costo: 30 dólares con 20 centavos. ¿Cómo puede ser? Me estafaron. ¿Quien me estafó? ¿El supermercado?. No, el que me estafo fue el gobierno. Este gobierno ha presidido sobre la baja más estrepitosa en el valor del dólar en todos los anos desde que yo llegue a este país en 1966.
Hablemos de cómo se hizo la estafa: George W. Juró y rejuró que nunca iba a subir los impuestos. No los subió pero hizo algo muchísimo peor: Nos metió el dedo a la boca, para apaciguarnos como si fuéramos bebes: toma, toma tu leche... y del tetero no salia nada por que era dedo.
Aquí va mi humilde interpretación de cómo logro lo imposible, destruir la moneda que reinaba sobre el mundo. Georgie quiso algo nunca antes visto: tener su guerra en el exterior y fiesta en casa, sin pagar, a crédito. ¿De donde salieron todos esos dólares? La única manera fue imprimirlos, poniendo a funcionar ‘la maquinita’. No lo hizo de frente. Hacerlo hubiese sido rebajarse a niveles de gobierno del tercer mundo. No, lo hizo encargándole el hurto a otro gobierno, verdaderamente del tercer mundo, un gobierno totalitario que podía esconder todo mientras exprimía a su gente para sacarle todo el dinero legitimo que podía mientras imprimía el resto para dárselo a Washington: el dinero que se imprimió fue El YUEN. Si, nos hemos prestado dólares con dinero que la China financio con Yuenes impresos. Los Chinos son inteligentes. No tuvieron miedo de poner a funcionar su maquinita de imprimir dinero, ¿saben por que? Por que su dinero impreso no iba a acabar en la China, diluyendo la moneda local. No, iba a acabar en Estados Unidos, diluyendo la moneda del enemigo la de acá, la nuestra, porque esa moneda que nos prestan es moneda... ¡impresa en maquinita, sin, respaldo! Tremendo negocio para los chinos, hecho con la colaboración de nuestro gobierno. Nuestro gobierno nos metió el dedo: toma, toma, aquí tienes, nos decía... pero no era tetero el que nos estaba dando, era de-do. Nos dio expansión económica en casa y guerra afuera con dinero de fantasía... hasta que reventó la burbuja y ahora hay que pagar los daños.
Mi primera casa en Búfalo, New York, una casita de alquiler en Hinman Avenue, me costaba 70 dólares al mes. La gasolina estaba a 32 centavos el galón. Estábamos en guerra, pero esa guerra, la de Viet Nam, no se pagaba con dinero chino, se pagaba con el dinero que nos sacaban del bolsillo en dólares que si valían.
Aquí en Miami el valor de las casas ha subido 1,640%... léanlo bien: mil seiscientos cuarenta por ciento, de ese ano en que yo llegue, y por supuesto la mayor alza es la de ahora, la de “este presidente que no subió los impuestos”. Claro, no los subió, pero hizo algo muchísimo peor: destruyo la moneda, le regalo el país a los chinos.
¿Creen ustedes en la reencarnación? George W. Bush debe de ser la reencarnación de la reina de Francia, Maria Antonieta, que dijo... o mejor dicho habría dicho por que eso es lo que dicen que dijo... “denles torta”. Solo que lo que habria dicho George Antonieta Bush es... “denles dedo”.
Treinta dólares por dos bolsas de ravioles, un frasco de Ragu, un pan, leche, pepsi y un pomo de crema para café. ¿Se imaginan?. Y eso que me olvide de comprar la fruta que Rosita, me había pedido.
Hace no mucho los chinos anunciaron que pondrán un hombre en la Luna dentro de nueve anos, en el 2017. En la Casa Blanca a George Antonieta Bush le dio pataleta, y anuncio que nosotros también volveremos a la Luna. Fijo su meta para nosotros: antes del 2020... ¿Con qué dinero? Si, lo adivinaron: con dinero Chino. “Señores chinitos” le habría dicho George Antonieta, “señores chinitos, pónganseme a imprimir mas dolaritos”.
Que vergüenza. ¿Saben que? Mejor hubiese sido que el presidente hubiese tenido el valor de imprimir sus propios dólares aquí en casa en lugar de encargárselos a los chinos para disimular. La catástrofe nos hubiese llegado igual pero al menos así no hubiéramos enriquecido de paso a los Chinos, los que no han tenido nada que perder por que sus Yuenes impresos no han diluido su economía: no, han diluido la nuestra, por que los mandaron todititos para acá... recibidos con los brazos abiertos por Georgie Antonieta Bush. ¿Y quien paga? Pagamos, señores, ustedes y yo, cada vez que vamos al Súpermercado.
Monday, October 27, 2008
Monday, October 20, 2008
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Quiero dar la bienvenida a ustedes a este blog a través del cual espero que vayamos creando una relación entre nosotros. Prometo leer lo que me escriben y en la medida posible responderles o bien por intermedio de este mismo blog o directamente a algún correo electrónico que ustedes me envien.
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